Zidane se movía con la prestancia de un torero. Con una maestría y clase suprema, él orquestaba el juego con pasión desbordante. Sus pases eran una obra de arte, como pinceladas magistrales en un lienzo en https://gretalbat401465.timeblog.net/74271343/el-minuto-exacto-en-que-zidane-perdió-el-control